El gran truco

Del aclamado cineasta Christopher Nolan llega a la pantalla una misteriosa historia de dos magos cuya intensa rivalidad, llena de obsesiones, decepción y celos, los enfrenta a una batalla de por vida por la supremacía dentro de su especialidad con consecuencias peligrosas y mortales.

“Queríamos que la narrativa fuera en sí misma un truco o una serie de trucos”, explicó el cineasta, conocido a nivel mundial por sus películas “Memento” y “Batman Begins”.

Desde la época en que se conocieron de jóvenes y como magos en ciernes, Robert Angier (Hugh Jackman) y Alfred Borden (Christian Bale) compiten entre sí. Sin embargo, su amistosa competencia se transforma en una fiera rivalidad, convirtiéndolos en enemigos acérrimos para siempre y consecuentemente poniendo en juego la vida de las personas a su alrededor.

“El aspecto principal del film es su elenco. El personaje de Christian es un mago innato que comprende la naturaleza de su arte, pero no entiende la energía de la audiencia. Por su parte, Hugh tiene una gran personalidad que resulta magnética para las personas que lo observan”, explicó el cineasta. “Algo sucede entre ambos cuando son jóvenes y están aprendiendo bajo las órdenes de otro mago que los termina separando y convirtiendo en rivales de por vida”, señaló Jackman.

En el film, ambos magos buscan realizar un truco sumamente complicado que requiere un proceso experimental muy peligroso. El personaje de Jackman, Robert Angier, decide buscar la ayuda de Nikola Tesla, un científico que había realizado grandes descubrimientos en el campo de la electricidad.

El elenco del film es completado por Michael Caine, en el rol de Cutre; y Scarlett Johansson, en el rol de Olivia, que comienza siendo la asistente de Angier pero luego termina entre ambos magos. “Éste es un personaje interesante (el de Olivia) porque por momentos ella parece saber más y ser mucho más inteligente que los dos magos. Ella sabe que ambos están enceguecidos por su rivalidad”, afirmó Nolan.

Son fantásticos mentirosos. Mantienen a su audiencia en la oscuridad y la alimentan de a poco”, explicó el cineasta. Nolan cree que al igual que con “Memento”, su nueva película contiene elementos confusos y mantendrá al público pendiente de cada detalle.

Llena de giros y vueltas, El Gran Truco tiene como fondo el Londres de finales de siglo. “Ésta es una historia muy complicada y utilizamos ciertos trucos narrativos. La audiencia tendrá que descubrir dónde está el engaño”, concluyó el aclamado Director.

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La comedia del poder

Después de las exitosas “La flor del mal” y “La dama de honor”, el gran Claude Chabrol vuelve a su mejor vena satírica para ironizar críticamente sobre los usos y abusos de los vínculos político-financieros en “La Comedia del poder” (L’ivresse du puvoir), con la presencia al frente del elenco de su actriz fetiche, la soberbia Isabelle Huppert, esta vez en la piel de Jeanne Charmant Killman, jueza de instrucción, quien tiene a su cargo la tarea de desenmarañar y llevar a juicio un caso muy complejo de malversación y desvío de fondos, acusando al presidente de un poderoso grupo industrial.

A medida que avanzan las investigaciones e interrogatorios, Killman comprende que su poder se ve acotado; cuanto más logra penetrar en los secretos del affaire, más son las presiones que recibe. Al mismo tiempo, y por las mismas razones, su vida privada se ve sumamente afectada. Tanto, que muy pronto va a plantearse un interrogante crucial: ¿hasta donde podrá ejercer su lícito deber sin entrar en agudo conflicto con un poder más grande que el suyo propio? ¿Hasta donde la naturaleza humana puede resistirse a la tentación del poder?.

A medida que Jeanne comienza a atar cabos entre los influyentes socios y sus correveidiles y compinches menores conexos, la notoriedad del caso la catapulta a las tapas de las revistas de actualidad. Ella es una mujer proveniente de un medio social modesto, en un país donde suele jerarquizarse el origen por sobre los méritos, de manera que lo que inicialmente parece una victoria inminente sobre los intocables privilegiados empieza a adquirir un carácter dudoso.

Mientras tanto, el taciturno marido de Jeanne, Hubby (Robin Renucci), un técnico químico proveniente de una familia de trabajadores, empieza a sentir que vive demasiado a la zaga de su cada vez más famosa cónyuge. Y lo irrita particularmente la presencia de los guardaespaldas que el nuevo status de Jeanne impone.

El sobrino de la pareja, Felix (interpretado por Thomas Chabrol, hijo del realizador, en una muy disfrutable performance) opera como eficaz interlocutor ante su tía, para que ella pueda desahogarse. Su evidente carencia de toda ambición funciona como contrapeso del carácter de “workaholic” que ella ostenta.

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El matador

Julian Noble (Pierce Brosnan) es un asesino a sueldo —en propias palabras, “un facilitador de muertes”— muy bueno en su especialidad. Se halla en Ciudad de México atendiendo otro de sus encargos, “un trabajo corporativo”. Lamentablemente, Julian ha tocado fondo en su vida, pues el oficio casi le ha matado por dentro.

Danny Wright (Greg Kinnear) también se encuentra en Ciudad de México por negocios, aunque se trata de un tipo de negocios plenamente distinto. Danny vive en Denver con su esposa Bean (Arlin Miller), y aunque puede que tengan algunos problemas económicos, entre ellos hay una sensualidad juvenil que contradice diez años de matrimonio. Danny atiende en Ciudad de México una oportunidad de negocio cuyo resultado podría constituir la diferencia entre poder solventar todos sus problemas financieros o caer en una deuda e inseguridad todavía mayores.

Una noche, en el bar del hotel, los dos hombres se conocen. No tardan mucho en darse cuenta de que están viviendo una experiencia muy singular en Ciudad de México, que les cambiará a ambos para siempre. Julian, el asesino a sueldo, y Danny, el hombre de negocios norteamericano corriente reparan en que pese a que no tienen nada en común, se necesitan mutuamente de un modo que jamás se hubieran imaginado.

A través de cuatro países, durante seis meses; y con muchos margaritas ingeridos, El Matador aborda el viejo tópico del asesino a sueldo y lo invierte, creando una historia de personaje que resulta extraña, divertida, compleja, emocionante y llena de una inesperada ternura.

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El diablo viste a la moda

En el vertiginoso mundo de la moda de Nueva York, en donde una talla cero corresponde, hoy en día, a una talla dos, y una talla seis es ahora talla ocho, en donde un mal día de peinado puede significar el fin de una carrera; es allí el mismísimo sitio donde Runway Magazine es el Santo Grial. Controlada por Miranda Priestly (Meryl Streep), con mano fuerte –la mujer más poderosa del mundo de la moda- Runway es un guante temible para cualquiera que quiera inmiscuirse en esta industria.

Para hacer de Runway la Biblia de la moda de Nueva York y por consiguiente del mundo, Miranda no ha permitido que nadie se interponga en su camino… incluyendo a una larga lista de asistentes que no han estado a la altura. Se trata de un trabajo en el que ninguna persona que se respete a sí misma puede sobrevivir, sin embargo, es una oportunidad por la que millones de jóvenes mujeres en Nueva York matarían por tener.

El trabajo como asistente de Miranda podría abrirle las puertas a la recién graduada Andy Sachs (Anne Hathaway). Más una gris colegiala que una persona de la alta costura, se las arregla sola en medio de un pequeño ejercito de “charlatanes” que Runway tiene por personal –las divas de la moda súper delgadas resuenan su tacones en los pasillos de las oficinas principales de la revista ubicadas en Manhatan–. Pero cuando Andy aparece para llenar el puesto, le queda claro que escalar en esta industria le tomará más que temple y determinación.

Y su última prueba está parada frente a ella, enfundada de los pies a la cabeza en Prada.

Miranda podrá manejar al mundo de la moda como pelota de basketball, pero le cuesta un trabajo endiablado encontrar y mantener a una buena asistente. Andy es exáctamente la persona equivocada para el trabajo. Pero tiene algo que el resto de las asistentes no tiene: se rehúsa al fracaso.

Para volverse la asistente perfecta, Andy necesitará hacerse a la imagen y semejanza de Miranda. Pronto, para gran consternación de su novio (Adrian Grenier), podrá zambullirse en las habladurías como pez en el mar, caminar las pasarelas con la gracia de una gacela, y nunca más volver a confundir a Dolce con Gabbana.

Pero mientras más aprende de la vida a través de los ojos de Miranda, más comienza a aprender que el mundo de su jefa es fabuloso pero solitario... y que a veces el más gran de los éxitos, implica grandes sacrificios.

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Chiquito pero peligroso

Darryl Edwards (Shawn Wayans) está tan ansioso de ser papá, que confunde a un ladrón de menos de un metro Calvin Sims (Marlon Wayans), con un bebé. Después de varios años en prisión y con su libertad condicional recién adquirida, el pequeño ladrón de joyas decide que llegó el momento de retirarse de la vida de criminal, pero no antes de dar un gran golpe. Un notable jefe del mundo del crimen ofrece a Calvin y su eterno compañero Percy P. cien mil dólares por robar el famoso Diamante de la Reina.

Como el sistema de seguridad de la joyería es casi nulo, Calvin supone que el trabajo será muy sencillo. Pero (como no podía ser de otra manera) algo tiene que fallar y el pequeño hombre se ve forzado a tirar la joya en la bolsa de Vanesa Edwards (Kerry Washington). Vanessa y su esposo Darryl (Shawn Wayans) regresan a su hogar en el área suburbana de Chicago sin tener idea de que se han convertido en el instrumento de un crimen de gran escala.

El matrimonio de Darryl y Vanessa está atravesando una difícil etapa. Darryl quiere ser padre, pero a Vanessa, luego de ser promovida a vicepresidente en una compañía de publicidad, le preocupa que la llegada de un bebé complique su vida laboral.

El plan es simple y a la vez ingenioso. El pequeño ladrón se hará pasar por un “bebé”, se infiltrará en su hogar y cuando tenga el diamante en sus manos huirá de ahí.

Calvin se deposita en un canasto de bebé en la puerta de Darryl y Vanessa. Darryl aprovecha la oportunidad a fin de demostrar que está listo para ser padre, haciéndose cargo de la criatura abandonada durante una semana. Lo mejor de todo: Vanessa está de acuerdo.

Una vez dentro de la casa de los Edwards, el rudo y cínico Calvin se da cuenta que la vida de “bebé” es un infierno y que recuperar el diamante será mucho más difícil de lo que imaginó. Los mejores amigos de los Edwards, llevan un número infinito de regalos y consejos a los nuevos padres, mientras el padre de Vannesa, Pops (John Witherspoon) sospecha algo raro y está determinado a probar que Calvin es un fraude.

Sin embargo, el obstáculo más grande que encuentra Calvin resulta ser el propio Darryl, que en su afán por demostrar el gran papá que puede llagar a ser, inadvertidamente sabotea el plan del diminuto ladrón de joyas.

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A la deriva

Seis amigos se reúnen para realizar un crucero tropical a bordo de un lujoso yate, y acaban luchando por sus vidas. El yate en cuestión pertenece al soltero y atrevido Dan, que ahora sale con la hermosísima Michelle. Parece que a Dan le ha ido bastante bien en los últimos años, lo que les hace a todos dudar de si Michelle está con él por su elegante y atractivo físico o por su presunta fortuna.

Para celebrar el cumpleaños de su amigo Zach, Dan invita a su grupo de amigos a un crucero en su yate. El extrovertido Zach llega al costero lugar de vacaciones mexicano en compañía de su novia Lauren. Le sigue Amy y su marido James con su hija recién nacida, Sara.

Nada más salir a la mar, todo el grupo (excepto su marido que sabe el motivo), encuentra un tanto extraño que Amy siempre lleve puesto su chaleco salvavidas. Amy tiene pánico al agua desde que de pequeña presenciara como su padre se ahogó en el océano.

No obstante, la fobia de Amy no impide que todos se diviertan. El champán fluye libremente. Unas cuantas horas después de salir a la mar, el grupo echa el ancla cerca de un arrecife espectacular. El sol es abrasador, y deciden bañarse. Únicamente Dan y Amy se quedan a bordo, para que Amy pueda cuidar de su bebé.

Como si se tratara de un capricho, Dan intenta enfrentar a Amy con su miedo lanzándola literalmente al agua. Él se tira después uniéndose al resto del grupo. Pero lo que comenzó como una broma, pronto se convierte en un fatídico error ya que descubren que se les ha olvidado echar la escalerilla antes de saltar al agua.

El pánico y la furia se apoderan de todos ellos cuando desesperadamente, intentan subir a la cubierta. Está justo sobre sus cabezas, casi pueden alcanzarla, sin embargo, el casco exterior es demasiado alto y resbaladizo para poder escalarlo.

Un impetuoso intento por trepar por el casco con un cuchillo de buceador acaba en un amenazador accidente cuando durante el intento, Dan casi mata a Zach. La tensión entre los amigos crece mientras esperan a ser rescatados.

Desgraciadamente, la ayuda desde tierra no parece materializarse, y los barcos pasan de largo. Hora tras hora van a la deriva en el agua, mientras el paraíso tropical con sus magníficos arrecifes y agua cristalina amenaza con convertirse en su aguada sepultura. Pero la gravedad de la situación toca su punto más alto cuando oyen llorar a Sara que aún se encuentra a bordo.

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16 calles

A las 8:02 de la mañana, el detective de la policía de Nueva York Jack Mosley (Bruce Willis) recibe una misión aparentemente sencilla. El delincuente Eddie Bunker (Mos Def) está citado para testificar ante un gran jurado a las diez en punto y debe trasladarlo de la celda al juzgado, a 16 calles de distancia. Cuando Jack (que tiene serios problemas con el alcohol), mete a Eddie en el asiento trasero de su auto y se dispone a atravesar Nueva York en hora pico de la mañana, no se da cuenta de que le sigue una furgoneta. Jack decide parar ante una tienda de licores para comprar el desayuno. De repente Eddie, que espera en el interior del coche, se encuentra con una pistola apuntando a su cabeza.

Afortunadamente, el detective Jack aparece justo a tiempo de evitar la tragedia. Cuando Jack llama pidiendo refuerzos, los primeros en aparecer en el lugar son el detective de homicidios Frank Nugent (David Morse) y su equipo. Eddie se queda pálido al instante: uno de los detectives del equipo de Nugent es el hombre contra el que debe testificar. En un segundo, el sencillo viaje al centro de la ciudad se convierte en una pesadilla. Jack y Eddie se dejan la piel para recorrer el angustiante camino que les separa de los juzgados. Éstas son también las calles de Jack, y no se va a quedar tranquilo. En Eddie encuentra la determinación, la esperanza y la fuerza para hacer lo que debió haber hecho hace seis años. Ésta es la historia de cómo pueden llegar a cambiar dos hombres y de cómo uno puede hacer cambiar al otro, a través de una tensa lucha entre la vida y la muerte a lo largo de un camino que parece eterno, pero que está compuesto únicamente, por 16 calles de distancia.

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Bienvenida

Bienvenido, amante del buen cine, cazador de historias, eterno espectador que decidió ceder desde hace tiempo al placer de descansarse en los sueños ajenos, sueños que se hacen propios y nos atan al tibio y fugaz suplicio del espectáculo que aguarda – siempre aguarda –, con total cautela nuevas mentes, almas, corazones, que atrapar en la odisea de un tiempo que no es tiempo, de un lugar que ya no es tal.

El cine, ese séptimo arte, merecía un sitio donde se le rinda el culto que bien se merece; donde se lo valore como lo que es, la más ingeniosa de las manifestaciones artísticas, la más sublime concepción del hombre que responde al deseo recurrente de tragarse el mundo tal y como es, y devolverlo en su esencia transformado, de principio a fin, de infinitas maneras. El cine no es más que eso: la absurda visión que se pierde en la pantalla, que se hace humo en el instante en que alcanza su único instante de existencia.

Compartamos la ironía de sentirnos miembros de una comunidad errante, en la búsqueda, casi alquímica, de encontrar en la gran pantalla esos mil enigmas del olvido, esos mil recuerdos de brillo y color.

Elijan bien su butaca... Relájense... Aflojen las tensiones... Apaguen celulares... Sientan las luces menguar... El sonido ya lo envuelve todo... La pantalla que se enciende...

La función ya está por comenzar.